El tiempo no deja de enseñar

Con el tiempo aprendí a aceptar la homosexualidad de la gente, y descubrí que puede ser muy divertido andar con ellos, aprendí que llegar a mi casa un domingo a las 8:30 de la mañana semi ebria puede ser una linda experiencia. Acepté que una tristeza puede más que un café de la plaza y confirmé que el frío viene de la mano con la melancolía.
Aprendí que se puede fumar marihuana en cualquier esquina, y que es imposible decir "no me voy a enamorar". Descubrí que la mentira tiene patas cortas, y que es posible encontrarse con más de una docena de seres especiales en cualquier momento de tu vida.
Aprendí que el stress se puede curar con un trago de vodka puro directo de la botella, y que si se prende un foco rojo en tu vagoneta es porque va a explotar.
Aprendí a hablarle a la gente después de meses de silencio y que sigue habiendo magia.
Entendí que existen días de ensueño, de alcohol y desenfreno. Aprendí que mis demonios deben seguir dormidos y que es mejor no abrir puertas que no sabrás cerrar.
Supe lo feo y divertido (?) que es pasar clases con resaca, y viví un amanecer con apuntes de Teoría de la Comunicación, (aprendí a estudiar en parciales). Acepté que el mundo es un pañuelo y que los "triangulos amorosos bizarros" no son buenos.
Descubrí como huelo después de un día entero de trabajo, y que son buenas las rondas de sinceridad. Aprendí el valor de un "estás buena", y lo ricos que son los besos con vino y alquitran.
Recordé que aún se puede llorar de risa, y que mis lágrimas no se secarán. Aprendí que por el facebook se pueden tener lindas amistades, y que la vida seguirá.
Descubrí a una perra hermosa borracha y drogadicta, y entendí el porqué del ying yang.

Después de todo, afirmo:

Hay días en los que vivo.