sábado, 2 de junio de 2007

Mis casas nuevas

Lo primero que publiqué en este blog fue un poquito de mi historia, y el por qué del nombre del blog...
Recapitulando, siempre estoy en casas nuevas, llevo una vida poco convencional, son cinco las veces que cambié de ciudad, y el doble de casas.
Mi primera casa nueva fue en La Paz, está en el barrio Irpavi.
Según recuerdo; era inmensa (o yo era muy pequeña), era en las faldas de un cerro, siempre estuvo pintada color tumbo con blanco -le encantaba a mi abuelita-, era de dos pisos, y tres pisos más de jardines, bien cuidados, los jardines de mi infancia.
Había un garzonier de dos dormitorios y uno de ellos era el "cuarto de juegos" de mi hermana y yo, teníamos muchísimos juguetes, y en el segundo dormitorio estaban las cosas de mi mamá.
Siempre nos decía que no toquemos sus cosas, pero en esas pequeñas aventurillas de hacer lo prohibido descubrí dos cosas que recuerdo hasta el día de hoy: en un cajón de cartón, había un peine que me encantaba, era rojo y redondito, y tenía un agarrador para meter la mano, y, aunque no recuerdo si yo llevaba el cabello largo o corto, creo que me peinaba. El otro artículo prohibido eran unos audífonos inmensos, como de esos de las radios, y no sé porque solo me acuerdo de esos dos, se quedaron en mi memoria hasta hoy, 12 años después.
Por el tiempo que pasó no recuerdo con detalle esa casa, solo sé que era grande y hermosa, tenía 3 livings con sus respectivos comedores, mi dormitorio tenía una puerta que conectaba con el de mi mamá, y había una salita familiar, con sillones de cuero y una mesita cuyo mantel era un aguayo. Al final del pasillo se encontraba el dormitorio de mi abuelita, que según mi memoria era inmenso, siempre con su cama bien tendida, con sus almohadas con fundas para el día y para la noche, de croché.
Tengo muy pocos pero bellos recuerdos de esa casa, mi primera casa nueva, recuerdo la navidad que hasta hoy afirmo que vi a Papá Noel pasar en su trineo con el sonido de las campanitas y todo. También vienen a mi memoria los cumpleaños, cuando el fantasma que era nuestro huésped nos tumbó de la hamaca, los juegos en el jardín con mi hermana, la piscina que nos pusieron en el patio de adelante porque ahí daba más el sol, el ratoncito que apareció en el cuarto de mi mamá, al que adoptamos y todas las noches le dejábamos chocolates hasta que murió, Mickey Q.E.P.D., fue con velorio, luto, entierro y toda la cosa, la escalera exterior de caracol negra que había, por la que yo rodé como bola de boliche un 31 de diciembre...
En fin... son tantas cosas y a la vez ninguna.
El año pasado pasé por esa casa, lugar de mis primeros recuerdos, y no era la misma... está pintada de un color mostaza, las flores ya no están, los balcones ahora son ventanas, y de seguro que el fantasma Mauricio ya la dejó, aunque solo iba de visita... la magia de esa casa se había ido, junto con nosotras, las Chavez Turello, que dejamos esa casa nueva sin mirar atrás...

7 ladrillos puestos :

  1. Vania B. dijo...

    Las casas nuevas son mágicas, tienen un olor especial, como que te despiertan sueños que nunca tuviste.

    De chica viví en 4 casa más o menos hasta que me casé, o sea no hubo mucho traslado.

    En los 10 años que llevo de casada me trasladé 8 veces, y ahora que construimos nuestra "casita nueva" definitiva, nos tenemos que cambiar a otra ciudad!. En fin, no tengo la más pálida idea de donde viviré después, pero espero con ansias mi siguiente casa nueva.

    Un abrazo.

  2. Albanella dijo...

    La vida no es sentarse a mirar el camino sino andar por el...

    La vida no son tus reposos ni cómo te resguardas del frio o del viento sino cómo lo enfrentas y sigues andando..

    Besos!!

  3. Paola R. Senseve T. dijo...

    "En fin... son tantas cosas y a la vez ninguna."
    Sucede a menudo, porque todo depende, nada es absoluto.

    Mi abuela siempre tendía la cama de una forma odiosamente perfecta, y me enseñó a hacerlo (lo que no quiere decir que aplique necesariamente). Como una tabla, sin arrugas...

    :)
    Besos!

  4. utópico dijo...

    De chico cambie muchas casas y ciudades, las recuerdo poco. Recuerdo mas la finca en Pojo, y mucho mas mi estadia en Cbba. De todos, modos a mi me toco vida de migrante... viajar y viajar y cambiar de casas por todas partes.....
    Es lindo tener diferentes recuerdos, porque los muros guardan secretos distintos, y sientes que siempre puedes regresar a que te cuenten cosas q ya no recuerdas. Y tambien porque las ventanas siempre han sido las salidas a diferentes mundos, las puertas de la imaginacion, que se ausenta y brilla....
    saludos!

  5. Alejandro dijo...

    Si sabre de casas "viejas y nuevas" desde pequeño gracias al trabajo de papa tuvimos que mudarnos muchas veces de casas unas 10 creo y para colmo no solo en Bolivia si no Argentina tambien pero lo que mas recuerdo era una casa muy acojedora por no decir pequeña, en Bs As, pero para compesar tenia un gran jardin en donde aprendi a manejar bici sin las odiosas rueditas una hazaña je, pero creo que en cada mudanza que hacemos se queda un poco de nosotros, y tambien esas historias perdidas y algunas olvidadas en aquellas casas...

  6. Luna dijo...

    uno va cambiando poco a poco, dejando atras el recuerdo, dejando atras las historias, recordando....
    nunca olvidar...porque un hombre sin recuerdos no ha vivido.
    el cambiar de casas puede representar tambien como el cambiar de las etapas de la vida..cada una tiene un recuerdo especial pero nunca podras sentir lo mismo al verla...por que ni vos ni la casa son las mismas.
    saludos

  7. Anónimo dijo...

    Muy buen relato. Posee esa dosis exacta de ironía que hace que las palabras simulen la Vida.

    Un abrazo.